Vive este día en paz.
Acepta con calma las cosas tal como son y trabaja diligentemente para hacer con ello lo que desees.
Dirígete con tranquilidad hacia los demás y serás tú quien sienta más paz. Ten la valentia y la fortaleza de dedicar algo de tiempo a permanecer en silencio y contemplación.
Deja de lado el temor y la culpa. Reemplázalos por amabilidad y perdón. En lugar de preocuparte por lo que pueda causar más impresión o ser más conveniente, pon tu energía
en hacer lo correcto.
Utiliza tu sentido común como una herramienta para edificar tu propio carácter y no como un arma para derrotar a los demás.
Aquellas cosas que generalmente te molestan, déjalas pasar.
Maravíllate con la belleza
del mundo en el que vives.
Deja de correr frenéticamente.
No sirve de nada.
Haz que tus esfuerzos
sean medidos y definidos.
Los resultados serán
indiscutiblemente maravillosos.
Decide vivir este día en paz.
Siente cuán energizante
puede resultar.
Estando en paz uno se fortalece. Estando en paz se gana en efectividad, sentido y determinación.
Experimenta hoy la potencia enorme
de estar en paz y comprenderás lo increíblemente fértil
que la vida puede ser.
viernes, 3 de octubre de 2008
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