Punto de encuentro para el que busca la Luz, su esencia, su sexto sentido. Es para quien siente la inquietud de crecer y despertar su consciencia. Inquietud por encontrar la espiritualidad intrínseca que tiene por naturaleza y su expresión en la vida y más allá de lo que ven nuestros sentidos físicos y nuestras estructuras adquiridas y aprendidas.

sábado, 31 de mayo de 2008

EL SUFRIMIENTO


Hay muchas formas de sufrimiento sutiles y no tan sutiles que consideramos «normales», y que generalmente no reconocemos que nos hacen sufrir, e incluso pueden ser satisfactorias para el ego: irritación, impaciencia, ira, tener un problema con algo o alguien, resentimiento, queja.
Puedes aprender a reconocer todas esas formas de sufrimiento cuando se presentan, y reconocer: «En este momento estoy creando sufrimiento para mí mismo.»
Si tienes el hábito de crearte sufrimiento, probablemente también harás sufrir a otros. Estos patrones mentales inconscientes tienden a llegar a su fin por el simple hecho de hacerlos conscientes, dándote cuenta de ellos a medida que ocurren.
No puedes ser consciente y crearte sufrimiento a ti mismo.


Eckhart Tolle - El silencio habla

viernes, 30 de mayo de 2008

QUE ES LA MEDITACIÓN?


QUE ES LA MEDITACION?La meditacion es una aventura, una aventura en lo desconocido, la mayor aventura a la que puede atreverse la mente humana.
La meditacion significa simplemente estar, sin hacer nada, sin accion, sin pensamiento, sin emocion. Tu simplemente eres, y en ello existe un verdadero placer.
¿De donde proviene este placer, si tú no haces nada? De ninguna parte, o de todas partes. No hacen falta las razones, porque la existencia esta, tejida de un elemento llamado alegria. ATESTIGUAMIENTO: EL ESPIRITU DE LA MEDITACION.
Cuando tu no haces nada, ni en el nivel del cuerpo ni en el de la mente, en ningun nivel, cuando toda la actividad se ha detenido y tu simplemente estas, existencia pura, eso es justamente meditacion.
No se la puede hacer ni practicar, solo hay que comprenderla.
Cada vez que tu tengas tiempo para simplemente estar, desecha cualquier accion.
El pensamiento tambien es una accion, la concentracion tambien lo es,asi como la contemplacion. Si aunque sea por un instante tu no haces nada y simplemente te quedas en el centro, en relajacion total, eso es meditacion.
Una vez que se aprende, es posible permanecer en ese estado cuanto tiempo quieras; al final tu podrias quedarte en ese estado las veinticuatro horas del dia.
Al tomar conciencia de como puedes permanecer impasible tu ser, poco a poco podras empezar a hacer algo, cuidando que tu ser no sea perturbado. Esa es la segunda parte de la meditacion; primero estaba aprender a simplemente estar, luego aprender a mantener la concentracion en pequeñas acciones (guisando, barriendo,en la ducha).
Despues de esto se puede hacer tambien algo complejo.
La meditacion es la primera y ultima libertad. Por ejemplo, un iluminado puede estar hablando contigo, pero eso no interrumpe su meditacion.
Puede continuar hablando, pero el centro permanece en silencio, en silencio completo. Por lo tanto, no es que la meditacion vaya en contra de la accion.
No se trata de escapar de la vida. Se trata, simplemente, de que la meditacion enseña un nuevo modo de vida, en el que tu eres como el ojo de un huracan.
La vida continua, y en realidad continua en forma intensa, con una mayor alegria, una mayor claridad, una mayor vision y una mayor creatividad, pero de todas maneras tu te encuentras apartado, tu eres un observador desde los montes, que sabe mirar todo lo que ocurre a tu alrededor. Tu no eres un hacedor, sino un observador.
Precisamente en eso consiste todo el secreto de la meditacion: convertirse en observador. En algun nivel continua la accion, y para ello no hay ningun problema: tu puedes estar cortando leña o escribiendo o conduciendo el coche en la ciudad.
Tu puedes hacer algo grande o pequeño; lo unico que no se permite es perder el estar en el centro.
Esa conciencia, esa observacion, debe permanecer completamente despejada, no perturbados por nada.
UN MODO DE VIDA SANO.RECOMENDACIONES PRACTICAS
Tienes la posibilidad de sumergirte en los misteriosos caminos de la meditacion .
Las siguientes practicas las trasmite el Radja-Yogui Guru Pfasky. Esperamos que estos metodos practicos te ayuden a hacerte cada dia mas sano y feliz.
Practicas de recarga matutina y vespertinas.
Cada mañana, al despertar, eres aun tu mismo.
Tu vienes de Dios. Tu alma no ha alcanzado a cubrirse por pensamientos, costumbres e imagenes. Por eso, recuerda en primer lugar al Creador, piensa en el sin violentarte con las representaciones de Dios impuestas por la sociedad.
Dios siente tu corazon, o mas exactamente las formulas de representacion de algo.
Si tu alma se siente bien, si tu sientes alegria, bienestar, felicidad, significa que te ha saludado y bendecido para el dia de hoy. Asi que ahora no pierdas tiempo y comienza de inmediato las practicas matinales, y en el transcurso del dia trata de recordar a menudo a Dios, que esta siempre a tu lado, pero tu lo olvidas.
Por la noche, al acostarte a dormir, pide mentalmente a los Maestros Espirituales ayuda en la practica y bendiciones.
Revisa todas las situaciones que ocurren en el dia. Saca conclusiones de si actuastes en forma correcta o no. Toma una decision firme de actuar con mayor correccion en situaciones similares, mas efectivamente que antes.
No hay que estancarse en la autocompasion, culpa, apenarse o enojarse, seria un resultado incorrecto de la revision. Si tu sentistes determinacion, fe en tu cambio, abnegacion hacia Dios y los Maestros,significa que la revision fue correcta.
Duermete en ese estado, agradeciendo a Dios por el dia vivido.
PRACTICAS MATINALES. Al despertar. Cuando despiertes, no te apure a saltar de la cama.
Comienza el dia como un verdadero yogui. En primer lugar, agradece mentalmente a Dios por el di­a regalado y por la posibilidad de ayudar a las personas. Luego procede al consumo de agua.
El organismo del ser humano se llena de desechos en forma permanente. Esto ocurre en parte porque los alimentos incluyen productos diversos, a veces incluso incompatibles entre si­.
El estomago es un organo muy importante. Si el estomago es fuerte y sano, digiere la comida con rapidez, entonces la persona se sentira excelente.
Beber un vaso de agua limpia al despertar, es como echar a andar el funcionamiento del estomago, y de esta manera despertamos todo el organismo de modo natural, no violento. Por eso, para esta practica proveete de un vaso de agua normal. Y desde el dia de hoy cada noche llenalo con agua limpia, tapalo y colocalo en un lugar cerca de donde duermes y donde mantengas la temperatura ambiente.
Sientate en tu cama de espalda al norte y toma el agua con sorbos cortos, tratando de mezclarla en forma minuciosa con su saliva (unos cinco minutos).
La saliva propia de cada persona es como un remedio, pues contiene todos los microbios necesarios y utiles para el organismo.
Al hacer esto tu puedes conectarte con que esta agua, al limpiarte, te sana.
Despues que te tomes el vaso de esa manera, vuelva a llenarlo, ponle la tapa y dejalo hasta la noche en el mismo sitio.
Esto ayudara a regularizar el estado de tu estomago e intestino, y por lo tanto, el organismo completo.
Si puedes hazte con agua diamantina y la pones todas las intenciones que se te ocurran,ademas de las que ya lleva el agua grabada, incrementarás mas energias al agua.
Si desconoces lo que es el agua diamantina, no dudes en preguntarnos. Paz y Abundancia para todos.



Concha Martínez Martín Dra. en Acupuntura y Moxibustión, Naturopata, Homeopata.
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La Sanación

En el momento en que enfermamos se nos abre un abismo bajo los pies, se nos encoge el alma y hasta se nos vela la mirada. Un frío o calor extraño se mete dentro, en la misma médula. Cuando es una enfermedad de aquellas que alerta buscamos rápidamente al especialista de uno u otro signo para que nos calme. A menudo, más que las medicinas, lo que necesitamos es un diagnóstico tranquilizador, unas palabras científicas inmutables, alguien que nos diga que no pasa nada, que todo está en orden, que hay algunos desarreglos pero que ya podemos irnos a casa.
No obstante, la visión objetiva de nuestra enfermedad choca contra nuestra vivencia, enteramente subjetiva.
La enfermedad la vivimos como el eslabón de una gran cadena que tira a su vez de la inseguirdad, incertidumbre, del miedo, que se muestra a través del dolor, en la impaciencia, que nos margina de lo social, de nuestra dinámica, aislándonos de los otros, que nos diluye en una nada y que nos recuerda, por último, la muerte.
Tal vez por eso hubiéramos preferido que nuestros médicos fueran menos científicos y con más comprensión de nuestros mecanismos psicológicos y sociales, menos encumbrados en su tecnología y en su saber y más cercanos como personas.
Nos hubiera gustado sentirlos sabios en el arte de vivir, y también en el de morir, que al fin y al cabo forma parte de la misma vida.
En esos aprietos, una voz interna invoca a todas las fuerzas benéficas para que vengan a nuestro socorro.
No obstante, el desánimo a veces rastrea en la culpa o exclama un por qué, ¿por qué a mí precisamente?. A menudos nos enzarzamos en la profusión de síntomas y en la retahíla de remedios farmacéuticos y mágicos.
Obsesionados con la enfermedad y con la lucha a muerte contra ella nos olvidamos que la lucha es contra nosotros mismos. Desconociendo que forma parte de nuestro crecimiento.
Quizá el primer paso en el camino de la sanación sea el de reconocer tranquilamente lo que nos pasa.
Los males del cuerpo son en gran medida males del alma, que a su vez acusa los males del mundo.
Si el mundo sufre de contaminación, el cuerpo que se nutre de sus alimentos también se envenena.
Se envenena también la sangre cuando sentimos odio e intolerancia.
Descargamos en el mundo nuestros residuos junto a nuestra inconsciencia.
Por eso, si hay alguna culpa, es la de haber puesto fronteras.
Escisiones entre nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Barreras entre el mundo y lo que somos.
Pero tampoco podemos irnos al otro extremo y sentirnos responsables absolutos de nuestros males porque nuestros genes actúan silenciosamente, porque gran parte del aire que respiramos, del agua que bebemos y del pan que comemos están contaminados y no los hemos elegidos.
No somos responsables directos de muchos males pero tampoco somos ajenos como lo quiere la visión simplista que dice cuerpo como dice cosa que se tiene, se posee o se habita.
Cuerpo que se explota, que se descuida, que se reprime.
Cuerpo que se sufre, que nos ha tocado en gracia, o en desgracia.
Nuestra cultura encorseta al cuerpo porque no es tan imperecedero como las ideas, porque cambia con los días, porque se enferma, porque envejece y porque tarde o temprano se muere. Se teme al cuerpo porque es el sitio del inconsciente donde se somatizan sus olvidos y registran los traumas, se esquiva al cuerpo porque en él residen las bajas pasiones que el instinto aviva y el placer derrocha.
Se oculta al cuerpo porque es un fiel reflejo de lo que somos.
Es ahí donde tendríamos que empezar a leer, en el cuerpo.
Ver sus acortamientos y sus asimetrías, sus compensaciones y sus hábitos, sus corazas y sus anillos de tensiones.
Leer como hace el topógrafo con la orografía del terreno para saber por dónde fluye el arroyo, nosotros para saber en propia carne por dónde circula la energía y dónde no llega la respiración, dónde se cortó la sensibilidad y dónde arremete el malestar.
En definitiva, poder leer directamente en el cuerpo como el que lee entre líneas.Si el cuerpo tiene su lenguaje, la enfermedad tiene sus razones, y éstas son el lenguaje que tiene el cuerpo para decirnos sus secretos.
Donde nosotros ponemos una frase y un punto, el cuerpo en su comunicación pone una sensación, una erupción de la piel o un territorio mudo.
Podemos afirmar que el cuerpo no miente, y cuando estamos llenos de ira bloqueada, cuando no nos dejan espacio en nuestras vidas para expresarnos, cuando nos invade la ceguera o el sistema inmunitario se desarma, veremos que alguna relación guardan con nuestra vida y nuestra forma de relacionarnos.
Si observamos atentamente veremos todas esas cosas que el cuerpo sabe y todas esas señales que nuestras entrañas de forma única e irrepetible elaboran.
En segundo lugar tendríamos que ampliar nuestro concepto de salud pues alguien sano no es aquel que nunca se pone enfermo.
En su primer movimiento, cuando la enfermedad es aguda y es puntual, la enfermedad forma partre del núcleo de la salud ya que el cuerpo tiene sus mecanismos para limpiarse.
Son crisis depurativas que intentan reestablecer un nuevo equilibrio y un mejor estado de salud. En cambio, la enfermedad crónica o degenerativa ha perdido, después de múltiples intentos, esa fuerza vital y nos hace claudicar.
Los pequeños transtornos del cuerpo son esfuerzos adaptativos a la nueva estación que entra o a los innumerables desequilibrios que nuestra vida comporta. Ese esfuerzo adaptativo no hay que cortarlo nunca, no hay que reprimir el síntoma o la manifestación de esa enfermedad pues la sintomatología son consejos del cuerpo que nos impelen a no comer, a reposar, a inmovilizarnos cuando hay dolor o a permanecer solos para desconectar.
Suprimiendo el síntoma con los poderosos medicamentos que tenemos el cuerpo pierde su rumbo y se desorienta, a fuerza de negarle su reacción natural, nuestros organismo a la postre se insensibiliza.
Ahora bien, no se trata de no intervenir pase lo que pase, sino, más bien, ayudar a esa natura
, a esa crisis depurativa para que sea más efectiva y no bloquee.
Todos sabemos que la fiebre es sana si no pasa de una cierta temperatura.
Con todo, la enfermedad en los casos citados, no establece sólo un equilibrio físico-energético, con ella y con el dolor, la inmovilidad, la soledad o la incertidumbre damos verdadero espacio a la escucha y tenemos la comprensión que no podemos empujar el río de la vida.
Podemos sentir que las leyes naturales hay que respetarlas para que haya crecimiento y vigor, salud desde nuestros cimientos.
El niño rollizo de mejillas sonrosadas que nos muestran en los productos publicitarios no tiene por qué ser un paradigma de salud de hecho en la medicina china este tipo de niño corresponde a una criatura con una gran deficiencia de Yin.
Ésta no es algo tan ostentoso, tan rebosante, tan artificial. Podemos percibirla en un aliento fresco, un cuerpo ágil con amplitud de movimientos.
Podemos sentir la salud en un rostro sereno, unas digestiones ligeras, una calidad de descanso en el sueño; en el mantenimiento de la sensibilidad, en la mente calma, en la respiración tranquila o en tantos elementos que no residen en los músculos hipertrofiados o en la elegancia de formas.En este camino de sanación no sólo la escucha, el reconocimiento, el respeto del ritmo, de la vida y sus leyes son necesarios.
Sentir que somos también cuerpo es el primer paso para sacralizar la vida y para confiar en la sabiduría del cuerpo.
Pero si uno no conecta con el espíritu no habrá una completa curación. El espíritu, lo sabemos, está por doquier, está dentro y está fuera. Está cuando vemos la puesta de sol y cuando las estrellas nos comunican la inmensidad del cosmos, y por contra, nuestra humilde pequeñez.
Hay curación a través del espíritu cuando aprendemos de nuestro destino, cuando nos movemos no sólo por nuestra razón sino también por nuestros sentimientos y por nuestras intuiciones.
Nos curamos cuando la fe y la aceptación de lo que existe desbancan a nuestro ego prepotente que es impermeable a los cambios.
Es posible que la enfermedad grave esté relacionada con el sistema de corazas que impiden al individuo expresarse en su ser, y puede ser también que esa enfermedad represente el amor no colmado que arrastramos desde bien pequeños y esa enorme dificultad de querernos a nosotros mismos.
Cuando la enfermedad deja caer las caretas de la ilusión, lo espiritual puede redimirnos en un sacrificio de lo viejo por lo nuevo para volver a conectar con esas aguas subterráneas de la vida y para ello se requiere tener sed, sed de ser y sed de amor. Y renacer al despertar a una nueva vida: EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA.


Concha Martínez Martín Dra. en Acupuntura y Moxibustión, Naturopata, Homeopata.
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