La cueva y la montaña ( meditación para niños )

‘’Y colorín colorado este cuento se ha acabado''

Justo aquí trazamos con tiza el final de un espacio de aventuras que termina con el cuento. En este punto convendría que ajustásemos la sonrisa y la calma y aprovechásemos unos minutos para guiar al niño por otras islas en las que la vida se despliega desde los cauces infinitos de la meditación. Las islas de un dulce viaje hacia dentro donde podemos ayudarlos y ayudarnos a nosotros mismos a identificar ese refugio de paz, fortaleza y seguridad que tenemos dentro. Acompañémosles para que sean protagonistas absolutos de esa magia que reside en casa.

Esta meditación de M. Garth trata el tema de los miedos a través de las bellas metáforas de las montañas y las cuevas.

Recordemos que cada vez que alguien nos ayuda a vencer el miedo, nos hace más felices y ensancha nuestra libertad.

‘’ Puedes sentir la paz y la armonía de tu jardín. El sol es una enorme esfera dorada y el cielo de un azul cristalino matizado de púrpura, con jirones de nubes deslizándose en él. La hierba es suave bajo tus pies y vuelve a brotar mientras avanzas. Las flores crecen altas y erguidas, sus vibrantes colores buscan la luz del sol, y las abejas revolotean de flor en flor recolectando el polen.
Los árboles se susurran entre sí y parecen señalarte las montañas a lo lejos. Las montañas se elevan serenas cincelando su contorno contra el fondo del cielo azul, sus blancas cumbres retienen pequeñas nubes que flotan en los alrededores. Desde donde estás puedes entrever una casa de cristal que se oculta cerca de la cima de la montaña ¿ por qué no vas a explorarla? No parece difícil y puedes ir andando o deseándolo con tu mente. Las montañas se elevan altas y serenas. Ahora sus cumbres desaparecen en las nubes que parecen más espesas que antes. A medida que subes cada vez más, ves que los senderos están cubiertos de nieve y que pequeñas criaturas sacan sus hocicos para ver quién anda ahí. Unas pocas flores silvestres crecen en las grietas, sobreviviendo de la luz del sol y de la humedad de la nieve.
Subes la cuesta con facilidad, tus pies encuentran los puntos de apoyo sin esfuerzo. Tu ropa ha cambiado y ahora notas que el descenso de la temperatura no te afecta. Te sientes tan a gusto como cuando entraste en tu jardín.
Mira más a lo alto aún y quizá veas pequeñas cabras saltando con soltura de roca en roca sin sentir vértigo. Ahora puedes moverte con tanta destreza como ellas, tus pies se apoyan en el saliente adecuado, en la roca adecuada, en la mata adecuada para ayudarte a seguir tu sendero hacia la cima.
Al llegar a lo alto ves unas cuevas que puedes explorar si lo deseas. En tu bolsillo encontrarás una pequeña linterna para poder investigar su interior. Algunas de estas cuevas pueden representar tus miedos y otras tus logros. Como has tenido el valor de escalar la montaña, descubrirás que muchos de tus miedos han desaparecido. Quizá había cosas que deseabas pero que el miedo te impedía alcanzar. Ahora nadie te lo impide. Los miedos no te afectan. Entran en las cuevas que son tus miedos, afróntalos, deja que se disuelvan. Cada vez será más fácil porque ya has escalado esta montaña. Después entra en las cuevas que representan tus logros y siéntete orgulloso de lo que encuentres allí. También hay cuevas para alcanzar tus deseos futuros. Entra en ellas y averigua lo que guardan para ti. Cuando hayas visitado las cuevas tal vez desees continuar tu excursión, llegando incluso a aquella casa de cristal que ahora ocultan las nubes que envuelven la cima de la montaña. Sigue avanzando, siente que puedes llegar a la entrada de cristal. Este edificio representa todas las cosas bellas que deseas alcanzar o ser en tu vida. Ten la seguridad de que puedes alcanzarlas, que puedes ser la persona que te propongas, que nada es imposible, que eres capaz de escalar cualquier altura… ‘’

Feliz viaje, felices sueños...