Había un gorrión minúsculo que, cuando retumbaba el trueno de la tormenta, se tumbaba en el suelo y levantaba sus patitas hacia el cielo.
-¿Por qué haces eso?- le preguntó un zorro.
- Para proteger a la tierra, que contiene muchos seres vivos!- contestó el gorrión. Si, por desgracia, el cielo cayese de repente, ¿te das cuenta de lo que ocurriría? Por eso levanto mis patas para sostenerlo.
-¿Con tus enclenques patitas quieres sostener el inmenso cielo?- preguntó el zorro.
-Ahí abajo cada uno tiene su cielo-dijo el gorrión.
-¿Por qué haces eso?- le preguntó un zorro.
- Para proteger a la tierra, que contiene muchos seres vivos!- contestó el gorrión. Si, por desgracia, el cielo cayese de repente, ¿te das cuenta de lo que ocurriría? Por eso levanto mis patas para sostenerlo.
-¿Con tus enclenques patitas quieres sostener el inmenso cielo?- preguntó el zorro.
-Ahí abajo cada uno tiene su cielo-dijo el gorrión.
(Para Cristina, que siempre tendrá mi vela encendida iluminando la casa)
2 comentarios:
Maravilloso.
Tina
Siempre tan generosa con tu LUZ, Bss. C.M.M.
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