Son muchas las cosas que encubrimos y que se acumulan cosas que parecen pequeñas y que, sin embargo, dañan nuestro navío, y luego no sabemos cómo es que «de repente» tenemos una pila de cosas para reparar.
La honestidad con uno mismo favorece la solidez e impide que el navío haga agua.
La cuestión central aquí es no mentirse a sí mismo en cuanto a lo que uno siente, piensa y experimenta. Nada debe pasarsepor alto.
Dejas de ocuparte de los desacuerdos y las discusiones interiores y experimentas todo lo que para ti es verdadero. Tienes una honestidad a toda prueba, porque aun el valor más ínfimo es importante para ti.
domingo, 24 de mayo de 2009
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